Decir indignado es quedarse corto para describir mis emociones en este momento. Durante demasiado tiempo hemos atrapado a Disney vendiendo propaganda liberal disfrazada de programas infantiles. Sin ir más lejos en la película La Sirenita, el palacio bajo el agua parecía un torpedo con forma fálica con brujería deslumbrante sobre él. Para empeorar las cosas, en la terrorífica película Aladdin hay una escena en que el tigre misifús arrincona a la princesa detrás deunas cortinas y nuestros niños deben escuchar el audio de un verdadero video de una geisha india satisfaciendo a dicho animal. Como si esto no fuera suficiente, sabemos Walt Disney era un racista y apoyó al partido nazi. Se puso de pie en contra de su propia tierra, Estados Unidos, y de alguna manera su reino mágico todavía corrompe a las niñas que alguna vez fueron dulces como Miley Cyrus y Britnay Spears del club de Mickey Mouse , hoy vemos a esas mismas niñas escupiendo demonios y enseñando sus firmes muslos si
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