A lo largo de América Latina, hay hombres que se avergüenzan y preocupan cada vez que son vistos en público con su mejor amigo, su perro. En lo profundo de sus corazones, saben que en cualquier momento su perro puede crear una exhibición pública de homosexualidad: lamer frenéticamente un hueso de pollo desechado o pavonearse con la cola vertical mostrando su arrugada parte trasera. Las miradas indiscretas de los transeúntes disgustados pueden causar gran vergüenza e incluso crear rumores sobre la sexualidad del propietario. Como todos sabemos, el perro y su amo tienden a actuar de la misma manera conforme pasa el tiempo y es justamente por esta razón que es necesario saber si su perro es gay. En este artículo se comentan una serie de conductas que podrán ayudarle a definir, más allá de toda duda razonable, si su mejor amigo es o no un “homocan” y evitar que conductas homosexuales se incorporen en su vida paulatinamente. Es probable que si su perro es gay este tipo
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